viernes, 20 de enero de 2017

A la espera

Hola a todos. Sé que algunos de vosotros esperáis con impaciencia la canción de "Los animales". El técnico de sonido me la está arreglando en el estudio. Tiene mucho trabajo, así que no sé cuando la tendrá acabada. Para que no veáis siempre igual el blog, os he metido un clásico; "El Espíritu del Fuego". Y también, un cuento muy divertido que habla sobre cómo los animales se ayudan entre sí. Que sepáis que en la realidad, hay peces que se dedican a limpiar los dientes de tiburones y otros peces grandes. Unos se limpian la boca, y otros se ponen las botas. Este es un claro ejemplo de simbiósis (palabra inventada por los adultos para llamar a todo tipo de relación entre animales que se ayudan entre sí, y son de distintas especies. EJ: un pájaro come los bichitos que le pican en el lomo a un rinoceronte)

El Pececillo Illo

El pececillo Illo iba por el fondo del mar buscando alimento, pero era tan pequeño que no encontraba ningún pez más pequeño que él. Todos los peces eran más grandes y podían comérselo, pero él tenía la esperanza de encontrar alguno que fuese diminuto y entrara por su boquita. De pronto el pececillo Illo se dio la vuelta para buscar por otro sitio y se chocó con la boca del tiburón Ron ¡Vaya coscorrón que se dio contra sus dientes! El pececillo Illo creía que iba a morir y rezó para poder ir al cielo de los peces.  - No te preocupes. No voy a comerte – dijo el tiburón Ron. - Eres tan pequeño que no interesas.  ¡Gracias! - Respondió el pececillo Illo. -¿Puedo hacer algo por ti?  - Pues sí. Me acabo de comer a la foca Oca, y tengo trozos de carne entre los dientes. Necesito limpiármelos o tendré que volver al dentista.  - No te preocupes – dijo Illo. – La carne de foca está buenísima y puedo quitártela. Venga, abre bien esa boca y no te muevas, yo me comeré esos restos. Y fue así como el pececillo Illo pudo comer, convirtiéndose en el limpiadientes del tiburón Ron, que ya no tuvo que volver al dentista, y que además cuidaba de Illo, a quien nadie se atrevía a comer.

El Espíritu del Fuego